miércoles, 20 de julio de 2011

"Los costados sentenciosos".

Hay quienes añoran, suspirando, la juventud perdida:

"Mis veinte años..."

Pero otros, en cambio, no se desesperan por eso, pues aunque ya entraron en la recta final, todavía tienen algún "arrastre":

"Viejito, pero me la rebusco".

"Una rama que florece".

Buen día, moza:

"Llegó el dulce de leche".

"Que lucha, Señor...!"

pero

"Al fin pude echar buena".

y ahora

"Entré a pasar el lampazo"

Mentira criolla:

"Mi suegra me quiere..."

"Por un amor voy".

Eso que

"Ando pal amor como el revés de la taba".

"Los costados sentenciosos" (1ª y 2ª edición, 1954, 3ª edición, 1989).

Páginas 13 (fragmento) y 14.

Cuando el carrito es flamante y limpito, el dueño lo proclama en el letrero:

"El chiche", o "El chiche de entre vías", o "El lucerito", o "La flor del barrio", o "El pimpollito", o "El florido", o "Soy del Sud y voy pa' el Este y en mi barrio no hay carro como este".

Si el carrito es un primor, hasta le sirve al dueño como tarjeta de presentación:

"Yo me presento así".

Como el mozo conoce los defectos humanos sabe que la prosperidad que pregonan el carro y los arreos del pingo erguido y trotador va a despertar envidia y a desatar la lengua de los chismosos. Como será que:

"Llegué y empezó el chamuyo".

Por eso se pregunta:

"Que dirán los envidiosos", o bien "Que dirán los charlatanes", o si no "Que dirán las malas lenguas", o "Que dirán las comadres", o "Que dirán los vecinos".

Y los muchachos de la esquina y del café, los sabios de "la barra", que opinarán también:

"Que dirán los entendidos de la barra".

esos que lo "secan" a uno con el estribillo:

"Me lo vas a contar a mí".

Pero el se hace el desentendido y en cambio los "torea":

"Sacale el hilo a esta chaucha", o "Sacale lo desparejo", o "Sacale un tiento a esta lonja", o "Ponele lo que le falta".
La recitadora Luisa Argentina Etcheverría cuando tuvo a su cargo la audición poética en el Palacio Municipal de Quilmes (1942), acto cultural organizado por el Círculo Universitario local.

lunes, 4 de julio de 2011

"Somos" ("La aventura del ser", 1953).

Somos los hombres hormigas,
nuestra vida es el trabajar.
Abajo el sábado inglés
y el descanso dominical.

Somos los hombres hormigas,
la dinámica es nuestra diosa.
Estamos contra los sociólogos,
y la jornada de 6 horas.

Porque nosotros trabajamos
12 horas ó 18
y somos dignos y felices
y estamos sanos y gordos.

Somos los hombres hormigas,
también tenemos nuestros hijos.
Cuando salimos están durmiendo,
cuando volvemos están dormidos.

No leemos, no estudiamos,
no hay tiempo para estudiar.
No soñamos, no pensamos,
no hay tiempo para pensar.

Somos los hombres hormigas,
comer, engendrar, dormir,
somos los hombres hormigas,
envejecer y morir.