Agua salobre de invariable napa,
con esa vida simulando flores,
con ostras y con peces de colores
y la belleza que señala el mapa.
Agua salobre, la negruzca capa
que oculta tus misterior y rumores,
se bebe todo el lirio de fulgores
cuando la luna con su red te atrapa.
Te agitas y te envuelves en la bruma;
te deshaces en olas y en espuma;
te libras de la red y te adormeces
como un astro de mar, sobre la playa,
y por la amarillez de tu atalaya
se eleva la armonía de tus peces.
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