Cuando veo crecer un árbol. cuando veo
nacer las rosas en los cementerios, pienso
que la muerte no existe.
Cuando me asomo al mundo de la piedra y escucho
hondo rumor de pájaros y madera,
advierto que la vida está siempre despierta.
Cuando digo resina y hoja y rama y dolor
y ennumero mi propio contenido,
comprendo que la muerte es una pausa apenas.
Cuando las tardes pasan, los otoños y giran
los mismos astros en el mismo cielo,
y la muerte es tan solo de la vida una forma,
como hablar de la muerte muerte, definitiva,
si mi voz y el acento de mi voz son extraños,
si lo perecedero en mí, muere y renace.
Cuando siento subir la savia, sin apremio,
y desgastar el aire las paredes,
observo que la vida y la muerte se juntan
y que ambas son eternas en el tiempo infinito,
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